WINNIE, MANDELA Y LA LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO EN SUDÁFRICA HASTA HOY. 21-I-14 |
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TERTULIA DE MUJERES DEL CEMUSA EN RADIO UNIVERSIDAD, DIRIGIDA POR ELENA VILLEGAS. TERTULIA DIRIGIDA POR Mª. ESTHER MARTÍNEZ QUINTEIRO, DIRECTORA DEL CENTRO DE ESTUDIOS DE LA MUJER DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA (CEMUSA)
LUGAR: RADIO UNIVERSIDAD. EDIFICIO DE AULAS DE SAN ISIDRO, PLAZA DE SAN ISIDRO, BAJO (FRENTE A LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA). DÍA: MARTES, 21 de enero de 2014. HORA: 17 A 17’30.
TEMA:WINNIE,
MANDELA Y LA LUCHA CONTRA LA
GUIÓN: Son varios los filmes producidos sobre Mandela, como Adiós Bafana, dirigido por Bille August en 2007 o Invictus, en 2009, del que fue director Clint Eastwood. A raíz de la larga enfermedad y muerte del líder africano, el 6 de diciembre de 2013, proliferaron en diversos medios los recuerdos del hombre que acabó con el apartheid en Sudáfrica y se ha producido y estrenado una nueva película sobre el personaje, titulada originariamente Mandela: El largo camino a la libertad (elaborada a partir de su autobiografía). El film, que ha sido objeto de valoraciones muy disimilares y acusado de no haber profundizado en el acontecer político sudafricano o en los entresijos de la vida del biografiado, está dirigido por el británico Justin Chadwick, siendo el guión de William Nicholson, y se estrenó el 28 de noviembre de 2013 en Sudáfrica. Recientemente hemos podido verlo en Salamanca, con el título Mandela del Mito al Hombre. Inevitablemente aparece en la película el personaje aún vivo de Nabandle Nomzamo Winfreda Madikizela, comunmente conocida como Winnie Madikizela, o simplemente como Winnie, o como "la madre de la nación", la política y trabajadora social sudafricana que se casó en 1958 con Nelson Mandela. Con su marido en la cárcel, Winnie se convirtió en lideresa del movimiento antiapartheid. Apoyó la resistencia armada contra el régimen blanco, y participó en innumerables huelgas de los obreros negros, sufriendo, sin rendirse, destierros, atroces torturas y persecuciones que contribuyeron a su mitificación, pero también denuncias y campañas de desprestigio que erosionaron su reputación (sobre todo cuando en 1988-89 ella y sus guardaespaldas fueron acusados de apalear y secuestrar a cuatro jóvenes negros, uno de los cuales fue asesinado por su principal guardia personal). En 1992 Nelson Mandela, con una estrategia y evolución ideológica diferente de la de Winnie, se separó de la misma. Esta separación no impidió que Winnie se mantuviera en la política: en 1993, poco después de la separación de su esposo, fue elegida presidenta de la Liga de Mujeres del ANC (el Congreso Nacional Africano, el partido en el poder). Asimismo fue Ministra de Arte, Cultura, Ciencia y Tecnología del primer gobierno multirracial encabezado por Mandela en 1994, aunque en 1995 fue apartada del Gobierno. Winnie y Mandela se divorciaron finalmente en 1996. En diciembre de 1997- recuerda Javier Brandoli- se vio obligada a renunciar a su candidatura a la vicepresidencia del ANC tras nuevas revelaciones en la muerte del chico de Soweto. En 2003, la madre de la nación fue acusada de 43 cargos por fraude de créditos bancarios y robos. Fue condenada a cinco años de prisión y estuvo ocho meses en prisión. Luego, tras revisar el caso el Tribunal Supremo de Pretoria, se le retiró la acusación de robo pero se mantuvo la de fraude, lo que evitó que volviera a la cárcel (Ver: Brandoli, Javier “¿Qué esconde Winnie Mandela?” en http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/19/cultura/1274256300.html) Winnie, a pesar de los escándalos que empañaron su imagen, cumplió un papel crucial en la lucha contra el apartheid, pero no fue la única mujer luchadora de Sudáfrica, sino un prototipo,destacado, de las muchas sudafricanas que contribuyeron a la movilización de masas, la lucha armada y la acción solidaria y asistencial y que como, en su día, las primeras feministas norteamericanas, ligaron su propia emancipación con la emancipación de los negros. El papel que desempeñaron las mujeres de Sudáfrica en la lucha contra el apartheid ha reforzado su visibilización política local y una atención sobre su causa que llega hasta hoy. Pero la realidad sudafricana ofrece violentos contrastes en materia de género. En efecto el país de Mandela cuenta mujeres ministras en diferentes Gobiernos y actualmente con una ministra para la Mujer, los Niños y las Personas Discapacitadas, Lulama Marytheresa Xingwana; es el tercer país del mundo por la presencia de mujeres en el parlamento y se diseñan políticas públicas destinadas a asegurar la emancipación femenina, pero la poligamia está permitida y no la poliandria (lo que es a todas luces discriminatorio) y las mujeres sudafricanas sufren índices insoportables de violencia de género. Según la ONG Powa, especializada en esta cuestión, cada 26 segundos una mujer es violada en Sudáfrica, y solo el 7% de estas violaciones es punida por la justicia.
Recientemente el Gobierno
de Sudáfrica anunció oficialmente su Declaración Programática de 2014, un plan
nacional donde el respaldo al sector poblacional femenino es una prioridad
capital para la administración del presidente Jacob Zuma. El (polígamo y hoy
controvertido) Jefe de Estado y líder del CNA subrayó que el
manifiesto partidista representa un compromiso para consolidar la construcción
de la sociedad democrática sudafricana, donde las féminas han desempeñado un
rol preponderante a lo largo de la historia. CONTERTULIAS/O POR ORDEN ALFABÉTICO:
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